Bagels: «Las cosas que hago por amor»

Se suele decir que no se valora todo lo que hace una madre por uno hasta que te independizas. Y es cierto. Pero incluso antes de que te independices, hay algunas cosas que sabes que echarás en falta cuando ese día llegue. Hay una que nunca tienes en cuenta: decidir el menú diario.

Incluso aunque seas un desgraciado en temas alimentarios y comas sólo chonadas, decidir qué comes o cenas hoy es todo un reto. Al principio, es divertido. Comes lo que quieres, a capricho. Pero al poco, te cansas de decidir. «¿Y qué me apetece hoy? Jo, pues no sé, es que me da igual». Esa frase que debería de abrir todo un abanico de posibilidades es la causante de las mayores discusiones en mi casa. Y es que elegir el menú no es fácil. Y más, si además pretendes comer mínimamente sano.

El otro día fue una rara excepción, lo decidimos el día anterior. Surgió la idea de hacer un brunch, y mi mujer me pidió que hiciera bagels. En mi casa la cocina está bastante repartida. La mayoría de las cosas las hacemos ambos indistintamente, pero hay ciertas áreas que son individuales. Igual que yo no me meto en temas de repostería, ella no se mete en temas de panadería. Así que mi labor para el miércoles fue hacer bagels para el brunch.

Al final, no hicimos el brunch, porque los bagels tardaban en hacerse demasiado tiempo, y no es cuestión de comer a media tarde, pero sí llegaron para la cena. Media docena de bagel que fueron convenientemente rellenados con queso crema y, tomate y lechuga en uno, salmón en otro, y jamón york braseado en el tercero. Como nadie os va a poder decir cómo estaban, lo hago yo. Aquí es donde debería ser modesto, pero no os voy a mentir ni infravalorar mi trabajo: estaban deliciosos.

Tras cierta publicación de fotografías, hubo gente interesada en saber cuál es la receta de esos panecillos, y ésta es la verdadera razón de que sea yo quien os esté soltando el rollo en esta entrada, en vez de tener los entretenidos comentarios de mi maravillosa esposa, como viene a ser habitual.

Lo cierto es que la receta que usé es bastante sencilla. Revisé los libros de panadería que tengo hasta encontrar una que me convenciera, porque los bagels hay dos formas de hacerlos: hervidos en agua o en horno al vapor. La diferencia está en que hervidos quedan más duros que al vapor, pero al vapor es más complicado, ya que por lo general, en casa no tenemos hornos que emitan vapor, y eso complica la labor. Pero sin más, pasaré a la receta y así podréis juzgar su dificultad.

Bagels_en_proceso

Receta para 6 bagels.

Masa madre

  • 100 gr de harina de fuerza
  • 1/4 de sobre de levadura seca
  • 50 gr de agua

Masa

  • Masa madre
  • 275 gr de harina de fuerza
  • 4 gr de sal
  • 10 gr de miel
  • 125 gr de agua

Otros

  • Un par de cucharadas de bicarbonato
  • Semillas de sésamo
  • Semillas de amapola

Como es un pan, necesitamos una masa madre fermentada. Hacerla sólo requiere mezclar la harina, la levadura (levadura de verdad, de la de panadería, no impulsor químico o polvo de hornear, como dicen en sudamérica) y el agua. Amasamos hasta que podamos formar una bola y la dejamos reposar tapada durante dos horas. Es una masa dura, así que no tratéis de usar una espátula blanda como en repostería. Es más, en panadería, la mejor espátula son las manos.

Pasadas las dos horas, lo mezclamos con el resto de ingredientes. En la receta original, dice que se puede usar malta en vez de miel, pero en mi casa sólo hay dos clases de malta: la de la cerveza y la de los gatos. Y como que no veo ninguna de las dos para los bagels. Así que los míos llevan miel. Mezclamos, amasamos bien, volvemos a tapar y esperamos 20 minutos más.

Ahora repartimos y formamos. Básicamente, hacemos bolas, aplastamos y hacemos un agujero en medio, como si fueran rosquillas. Si os queda como a mí, os costará que mantengan el agujero. La masa en más elástica que el caucho, tiende a cerrarse una barbaridad. Lo ponemos en la bandeja de hornear, sobre papel de horno, y lo volvemos a dejar fermentar una hora más. Sí, hay vinos con menos tiempo de fermentación. Es pan gran reserva.

Ahora viene la diferencia con las recetas tradicionales. La receta que encontré, y que es la que hice, es una mezcla. Mientras precalentamos el horno a 250 ºC, ponemos a hervir una cazuela grande con agua y bicarbonato. Aproximadamente, una cucharada por cada litro. No hace falta que la cazuela sea muy honda, porque los bagels van a flotar. Es lo que tiene que sean como flotadores. Los añadimos según el espacio que haya en la cazuela, dejando un minuto por cada lado (al flotar, sólo hay una mitad en contacto con el agua). Sacamos, escurrimos y decoración. Podemos tener las semillas en un plato o cuenco. Se pegarán por contacto al bagel.

Vamos colocando nuevamente los roscos en la bandeja para hornearlos. Con 10 min en el horno me fue suficiente, pero depende de cada horno y el gusto de cada uno. La bandeja fue a media altura. Sacamos y dejamos enfriar.

El resultado fue un pan denso pero esponjoso, y ganas de repetir.

Con esto espero que quienes pedían la receta estén satisfechas. Un saludo a todos, y hasta pronto.

Bibliografía: Pan & otras masas; Mª Paz Valdés; Ed. Libsa

YUMMI!

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16 pensamientos en “Bagels: «Las cosas que hago por amor»

  1. standinginthedoorway 20 May, 2013 en 12:37 Reply

    Las cosas que se hacen por amor jajajaja si es que…
    Lo único que puedo decir es que les tengo mucha envidia y que NECESITO HORNO EN CASA!!!!

    • hkelen 20 May, 2013 en 12:42 Reply

      JAJAJAJAJAJJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJA ais mi pobre!!! :*

    • elsantopollo 20 May, 2013 en 13:09 Reply

      Te entiendo. Nosotros también estuvimos una temporada (3 años) sin un horno y era terrible.

  2. shiva02 20 May, 2013 en 18:57 Reply

    Que buena pinta !! Como alérgica a mil cosas, agradezco mucho que publiqueis esta receta 😀

    • hkelen 21 May, 2013 en 00:54 Reply

      ¿Esta se libra de tus alergias? Cuenta, ¡cuenta!

      • shiva02 21 May, 2013 en 20:48 Reply

        Soy alérgica a muchas cosas: algunos frutos secos, melocotones,etc.. Y, sobretodo, soy alérgica a la lecitina de soja (E-322), por tanto no puedo comer la mayoría de pastas, panecillos o chocolates envasados. Incluso el pan de la mayoría de panaderías lleva lecitina 😦

        Así que esta receta es una alegría, nunca he probado los baggels y muchos los he visto con lecitina, así que en cuanto tenga un ratito me animaré a hacerlos 😀

        • hkelen 21 May, 2013 en 22:40 Reply

          Pues me alegro un montón, ElSantoPollo ya publicará más recetas de pan (de eso ya me encargo yo ;))

  3. Madeline Giovani Lasombra 20 May, 2013 en 21:32 Reply

    Interesante cambio con respecto a su esposa en el estilo narrativo, por cierto. No se preocupe, aunque sólo podamos juzgar por las imágenes, confiamos en su palabra de que están deliciosos.
    Añadir que tiene la opción al vapor disponible en la Varoma de la TMX….
    Besooooooos

    PD: ya os querría yo por aquí en estos días. ¡Ays!

    • hkelen 21 May, 2013 en 00:54 Reply

      valoramos la opción de la Varoma, pero ya sabes… vamos sobre seguro… n_n

    • elsantopollo 21 May, 2013 en 17:55 Reply

      Me temo, estimada Madeline, que la Varoma no es una opción. Al alternativa del vapor no es hacerlos al vapor, sino hacerlos en horno de vapor. La diferencia radica en que al vapor se hacen a unos 100ºC, mientras que en el horno se hacen a 250ºC, pero con una humedad del 100%, para que no se resequen y se endurezca la corteza. Se supone que en horno de vapor quedan muy blanditos. Supongo que se parecerían más a unos donuts.

  4. Clara L. Delaverno 2 junio, 2013 en 11:40 Reply

    No sabía ni que existían esas cosas. Tienen una pinta estupenda.

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